En el balcón. El día del anuncio en el Vaticano, el Papa argentino Francisco y detrás de él su amigo Hummes,. /AFP |
Como ya de todos es sabido, este es el primer papa de la compañía de Jesús; Una institución que a lo largo de 500 años ha tenido fricciones con la curia romana, pero también con una gran cantidad de gobiernos nacionales, tanto a si, que han sido expulsados en muchas ocasiones de diversos países, por estar envueltos en intrigas y golpes de estado. Muchas veces tratando de desestabilizar regímenes democráticos y/o dictatoriales (pero la mayor de las veces democráticos), pero lo han hecho, por eso es que en bastantes ocasiones crean desconfianza entre los gobiernos y entre el clero romano.
Y esta es la verdadera razón de sus palabras (de Francisco I), por que el es el que va traer la ruina al catolicismo romano, el es el que va destruir la jerarquía de poder dentro de la iglesia católica.
El es el que impondrá reformas en la misa y en los puestos de poder de la curia romana. Este es un clamor que se dejo oír dentro de las paredes del vaticano durante las "congregaciones generales" que se celebraron para preparar el conclave que lo eligió. Muchos cardenales piden un cambio en la iglesia romana, un cambio que atraiga a los millones de fieles católicos que han abandonado al catolicismo.
Este cambio se estampara en la forma de realizar las misas. Desde un primer momento se vio reflejado en los actos protocolarios de Francisco; En la bendición Apostólica sustituida por bendición invocatoria.
Algo que refleja fielmente estas palabras mías, es lo que dijo el cardenal brasileño Claudio Hummes (una figura central de la teología de la liberación, la tendencia nacida después del Concilio Vaticano II), poco después de terminado el conclave:
El cardenal brasileño don Claudio Hummes reveló que se sintió feliz cuando el Papa Francisco, modificando los protocolos, lo llamó a permanecer a su lado, en el primer saludo a los fieles desde el balcón del Vaticano. Para el ex arzobispo de San Pablo, el Sumo Pontífice “rompió un montón de rituales”, lo que puede ser un indicio de renovación. Es que según Hummes, “la iglesia, la Curia Romana, precisa urgentemente ser reformada”, pues “así como está la Iglesia ya no funciona más”.
El cardenal Hummes consideró que el nombre Francisco “es en sí mismo todo un programa”. En ese sentido, lo ve como muy apropiado para la actual etapa. “La Iglesia precisa de hecho una reforma de todas sus estructuras”. En su visión, esa será “una obra gigantesca … por un mundo de dificultades que hay dentro de la estructura (eclesiástica), que fue creciendo en los últimos siglos”.
Hummes reflexionó luego que lo que viene no sólo se trata de introducir cambios en la Curia. Imagina una serie de transformaciones más amplias y cruciales. “Hay muchas otras cosas como nuestra forma de impartir misa, de evangelizar. La nueva evangelización precisa de nuevos métodos”. El prelado contó que (durante el cónclave) se habló mucho de las reformas estructurales. “Muchos dicen que es demasiado grande, que le agregaron una construcción aquí, otra más allá, que se hizo una comisión más. Pero así como está no tiene suficiente prestigio”.
El cardenal evaluó que “toda esa cuestión que ocurrió últimamente muestra que ella (la iglesia) no está funcionando. Después que se haga un nuevo diseño, se debe buscar a las personas adaptadas para ocupar los cargos, los servicios”. Hummes dijo también que el hecho de haber permanecido relativamente lejos de Romas “contribuye ahora, que (Bergoglio) es Papa a ser más independiente, a tener una visión más objetiva. Es muy diferente ver el juego desde la tribuna que verlo jugando en la cancha”.
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Como se puede ver, los cambios en la misa, en la liturgia, y el la curia romana se vienen rápido, y serán drásticos.
Estas serán las razones del rompimiento de la unidad dentro de la jerarquía católica romana, es lo que va explotar durante el gran cisma que pronto se dará.
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