Estas fueron las palabras del papa Francisco I a los cardenales que
estuvieron en el cónclave que lo eligió como obispo de Roma. Las
pronuncio en la cena que se celebro con ellos poco después de terminado
el conclave.
En un primer momento podría pensarse que son palabras que expresan una
sincera humildad, cuando menos ese es el sentido que se le ha dado por
el portavoz del vaticano Federico Lombardi, pero para mi tienen un
significado muchos mas profundo.
Como ya de todos es sabido, este es el primer papa de la compañía de
Jesús; Una institución que a lo largo de 500 años ha tenido fricciones
con la curia romana, pero también con una gran cantidad de gobiernos
nacionales, tanto a si, que han sido expulsados en muchas ocasiones de
diversos países, por estar envueltos en intrigas y golpes de estado.
Muchas veces tratando de desestabilizar regímenes democráticos y/o
dictatoriales (pero la mayor de las veces democráticos), pero lo han
hecho, por eso es que en bastantes ocasiones crean desconfianza entre
los gobiernos y entre el clero romano.
Y esta es la verdadera razón de sus palabras (de Francisco I), por que el
es el que va traer la ruina al catolicismo romano, el es el que va
destruir la jerarquía de poder dentro de la iglesia católica.
El es el que impondrá reformas en la misa y en los puestos de poder de la curia romana.
Este es un clamor que se dejo oír dentro de las paredes del vaticano
durante las "congregaciones generales" que se celebraron para preparar
el conclave que lo eligió. Muchos cardenales piden un cambio en la
iglesia romana, un cambio que atraiga a los millones de fieles católicos
que han abandonado al catolicismo.
Este cambio se estampara en la forma de realizar las misas.
Desde un primer momento se vio reflejado en los actos protocolarios de
Francisco; En la bendición Apostólica sustituida por bendición
invocatoria.
Algo que refleja fielmente estas palabras mías, es lo que dijo el
cardenal brasileño Claudio Hummes (una figura central de la teología de
la liberación, la tendencia nacida después del Concilio Vaticano II),
poco después de terminado el conclave:
El cardenal brasileño don Claudio Hummes reveló que se sintió feliz
cuando el Papa Francisco, modificando los protocolos, lo llamó a
permanecer a su lado, en el primer saludo a los fieles desde el balcón
del Vaticano. Para el ex arzobispo de San Pablo, el Sumo Pontífice
“rompió un montón de rituales”, lo que puede ser un indicio de
renovación. Es que según Hummes, “la iglesia, la Curia Romana, precisa urgentemente ser reformada”, pues “así como está la Iglesia ya no funciona más”.
El cardenal Hummes consideró que el nombre Francisco “es en sí mismo
todo un programa”. En ese sentido, lo ve como muy apropiado para la
actual etapa. “La Iglesia precisa de hecho una reforma de todas sus
estructuras”. En su visión, esa será “una obra gigantesca … por un mundo
de dificultades que hay dentro de la estructura (eclesiástica), que fue
creciendo en los últimos siglos”.
Hummes reflexionó luego que lo
que viene no sólo se trata de introducir cambios en la Curia. Imagina
una serie de transformaciones más amplias y cruciales. “Hay muchas otras
cosas como nuestra forma de impartir misa, de evangelizar. La nueva
evangelización precisa de nuevos métodos”. El prelado contó que (durante
el cónclave) se habló mucho de las reformas estructurales. “Muchos
dicen que es demasiado grande, que le agregaron una construcción aquí,
otra más allá, que se hizo una comisión más. Pero así como está no tiene
suficiente prestigio”.
El cardenal evaluó que “toda esa cuestión
que ocurrió últimamente muestra que ella (la iglesia) no está
funcionando. Después que se haga un nuevo diseño, se debe buscar a las
personas adaptadas para ocupar los cargos, los servicios”. Hummes dijo
también que el hecho de haber permanecido relativamente lejos de Romas
“contribuye ahora, que (Bergoglio) es Papa a ser más independiente, a
tener una visión más objetiva. Es muy diferente ver el juego desde la
tribuna que verlo jugando en la cancha”.
Fuente
Como se puede ver, los cambios en la misa, en la liturgia, y el la curia romana se vienen rápido, y serán drásticos.
Estas serán las razones del rompimiento de la unidad dentro de la jerarquía católica romana, es lo que va explotar durante el gran cisma que pronto se dará.
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