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domingo, 1 de julio de 2012

Apocalipsis Capítulo 11


Apocalipsis Capítulo 11

 1 Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. 2 Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. 3 Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

Aquí esta hablando de que la ciudad de Jerusalén en su parte este, sera entregada a los palestinos.  Sera esta la forma en que se lograra un pacto de paz entre Israel y Palestina, promovido por el Anticristo o primera bestia.   Israel concederá a Palestina la independencia, cediendo los territorios ocupados y el este de Jerusalén.   Palestina sera reconocida como estado independiente por la ONU.   Israel reconstruirá el Templo en su parte, que comenzara desde el muro de las lamentaciones hacia el oeste.  Jerusalén sera por capital a los dos estados: Israel y Palestina.   Esta paz solo durara 3 años y medio.

Cuando se firme el tratado de paz, Dios enviara a sus dos testigos, que profetizaran en contra del Anticristo, por los tres años y medio que dure la paz.   Posteriormente se le permitirá a la bestia matarlos.   Estos dos testigos probablemente sean Enoc y Elias, por que ellos no murieron, fueron arrebatados al cielo.

4 Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. 5 Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. 6 Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. 7 Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. 8 Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado.

Los dos testigos fieles serán muertos y sus cadáveres exibidos en la plaza principal de Jerusalén, frente al templo, en la parte este, del lado de Palestina.

  Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. 10 Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. 11 Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. 12 Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. 13 En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo.

Son muertos los testigos, y la gente del mundo se alegra, los que están del lado de Palestina, (sentimentalmente y físicamente en su territorio),  y también todos los que recibieron la marca de la bestia.    Los dos testigos permanecen muertos tres días y medio, y resucitan.   Son llevados al cielo en una nube, haciendo una alegoría a la ascensión de nuestro Señor Jesús Cristo cuando partió al cielo.

15 El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. 16 Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, 17 diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. 18 Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.

19 Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.

Después de la muerte de los dos testigos, comienza el juicio sobre las naciones y los moradores de la tierra, tanto vivos como muertos.   Así mismo es el momento de repartir galardones a los que se mantuvieron fieles a su palabra, igual tanto vivos como muertos.  Jesús toma posesión de su reino, con gran gloria y poder.   Se prepara la ultima gran guerra en contra de su majestad Cristo Jesús.

Son castigados todos los que atentaron contra la creación de Dios (naturaleza), con sus fabricas y sus desperdicios, y los que disfrutaron haciendo mal a la tierra.    Los que destruyeron los bosques y mares por avaricia y codicia.   Los que contaminaron los suelos por hambre de poder y los que contaminaron la vida con modificaciones genéticas.     También los que mataron y torturaron por placer la vida animal y vegetal.
Después de esto hay un gran terremoto nuevamente, y caen grandes bolas de hielo del cielo.

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